Amigos les cuento que con el administrador del foro (Guillermo)nos fuimos a Santiago del Estero. Nuestro destino el río Utis... aprovechando los datos que nos habían pasado el dueño de una casa de pesca... le propuse a Guille (que tiene el si fácil igual que yo) que nos pongamos en contacto con unos operadores de pesca del sector que te dan alojamiento, tienen lanchas, buenos precios, por sobre todo la calidad y calidez de la gente buena. Es así que hace un mes atrás aprox. partimos hacia el sector... y luego de perdernos un poco... (No encontrábamos el lugar)... llegamos. Apenas bajamos nuestros aparejos y después de una cordial charla... estábamos en el río. Partimos río arriba (ya que las conocidas lagunas del sur estaban secas) y ese primer día fue poco tiempo y nos volvimos sin nada y con mucha bronca por la acción de pequeñas bogas que hacían desastre con nuestra carnada. Nos tocó un día frió... buscamos el dorado con un equipo de pindá (o flote como le dicen allá.) Y nada… el tigre solo se hacia presente en los saltos nunca en nuestros anzuelos. Al otro día... también con frió... pero con algo de sol todo empezó igual... de nuevo las boguitas molestando... y antes de que Guille se tire de cabeza para agarrarlas con los dientes (estaba enojado el amigo) el guía decidió ir río arriba... otra vez buscando el dorado que nunca iba a aparecer. En eso paramos en un pozo (fondo de barro) y tuvimos muchos piques de tarariras de buen tamaño... una veintena de piques, mucho pique fallido... el frió hacia tomar con sutileza a la taru... cosa extraña en la especie que tiene pique firme y te para la línea en seco. Por la época lamentablemente no teníamos respuesta con los señuelos y con el fly... por eso decidimos ir con carnada. Cuando nos cansamos de las tarariras... decidimos ir mas arriba, de vuelta la búsqueda del dorado y de nuevo ídem resultado. En eso veo un movimiento en el agua que me hizo cambiar los equipos y utilizando el tongorí (panza del sábalo) obtuve un par de buenos moncholos, Guille y el guía también se entusiasmaron con eso y el pique al final fue muy bueno... pasamos la tarde pescando esa especie y alguna boguita que como no podía ser de otra manera cayo en la carnada de Guillermo que había renegado y mucho con esa especie. A la tardecita regresábamos con la promesa de volver cuando el calor active al dorado... Atte. Pablo en breve subo fotos...
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