El recurso pesquero del Paraná, saludable en cantidad y diversidad
Miércoles, 24 de Octubre de 2012
Por José Goretta, Publicado en Diario Norte
Con más de 220 especies, la fauna del río Paraná en la región se encuentra saludable, ya que las medidas de cuidado del recurso en forma articulada entre instituciones científicos, gobiernos y pescadores despiertan expectativas. Especialistas del Instituto de Ictiología del Nordeste de la UNNE se refirieron a las medidas pendientes, las vedas y controles, los efectos de Yacyretá, la situación de los pescadores, el potencial de la piscicultura y las contribuciones de la ciencia al manejo del recurso pesquero regional.
El Instituto de Ictiología de la Facultad de Ciencias Veterinarias - UNNE (Inicne), lleva más de dos décadas dedicadas al estudio del recurso pesquero en la región, y es institución de referencia en el estudio de la fauna íctica de agua dulce. Fue creado en 1990 con la premisa de ahondar en el conocimiento de la fauna ictícola de la región y en el año 1991 se crea el Servicio Asistencial del Inicne en el que se brindan servicios de asesoramiento, asistencia técnica y extensión en las áreas de Piscicultura, Pesquerías, Patología, Toxicología y Sanidad.
El Instituto es coordinado por el doctor Hugo Domitrovic, director, y el médico veterinario Juan Pablo Roux como subdirector. Trabajan en la institución más de 25 investigadores y personal técnico de apoyo, en una amplia infraestructura con equipamiento de avanzada, ubicada en el predio de la Facultad de Ciencias Veterinarias. Sus directivos e integrantes, consideran cumplidos sus objetivos originales de realizar trabajos de investigación básica y aplicada para contribuir al desarrollo de una explotación ictícola regional racionalizada; de promover la formación de recursos humanos especializados en ictiología; y establecer y consolidar la transferencia de tecnología en ictiología y piscicultura.
Para los integrantes del Inicne el estado actual del recurso íctico natural del río Paraná y otros ríos es saludable, en cantidad y calidad, según surge de los relevamientos realizados y reconocen en la situación actual un marcado aporte del conocimiento científico logrado sobre el río Paraná y otros cursos de agua de la región. Por ejemplo, la traza del río Paraná desde Yacyretá y hasta Santa Fe, registra 220 especies de peces y año a año se encuentran más especies. La diversidad se ve acompañada además por una buena biomasa, es decir la cantidad de ejemplares existentes, así como el buen estado sanitario y de tamaño de los peces.
Grandes dorados
“Tanto a nivel de pesca deportiva como comercial se observan actualmente grandes dorados arriba de 14 kilos, así como surubíes de gran porte, siendo frecuente la ocurrencia de grandes cardúmenes donde predominan los ejemplares por encima de los 30 kilogramos”. Así, y quizás en sentido contrario a lo que muchos piensan, los especialistas resaltan que el recurso es bueno en cantidad y calidad y que el sistema Paraná-Paraguay y sus especies ícticas tienen una extraordinaria capacidad para recuperarse como respuesta a la extraordinaria presión pesquera ejercida en la región.
Sin embargo, los estudiosos destacan que el sistema es un ambiente finito, y como los demás cursos de agua, tienen un máximo potencial de producción. Hace cuarenta años, la población que hacía uso del río era varias veces menor a la actual, por lo que en la actualidad al tener que “repartir” en recurso ictícola entre una mayor cantidad de personas, se genera una sensación aparente de disminución del mismo.
Una forma de demostrar la incidencia de la cantidad de pescadores sobre la población de peces, es la predicción de Captura por Unidad de Esfuerzo, es decir la cantidad de recurso pesquero en peso capturado por especie y pescador. Actualmente se captura en promedio 10 kilogramos de pescado por persona por día, cuando hace cuarenta años ese indicador era de 25 kilos. Esto es ejemplo aplicado para la pesca comercial.
“La diferencia radica en que la disponibilidad por pescador que había en el río décadas atrás era mayor porque había menos pescadores, no porque ahora existan menos peces. Es como una torta que debe repartirse entre más invitados y por ello las porciones son más pequeñas, pero la torta es la misma”.
Pero el hecho de que el recurso no haya mermado no significa que no pueda mermar. “En estos años estamos atravesando un excelente escenario pesquero como consecuencia de la gran creciente del río durante el periodo 2009-2010, donde el reclutamiento de la mayoría de las especies de interés deportivo y comercial fue muy exitoso, lo que permitirá continuar con estos elevados niveles de capturas por un tiempo más”.
Sin embargo, es frecuente recibir información de acciones inescrupulosas de pescadores deportivos, comerciales y guías de pesca, quienes llevan a cabo prácticas de pesca indebidas y abusivas que atentan contra la población ictícola (capturas de mayor numero de peces que los permitidos, ejemplares fuera de medidas, animales juveniles, peces no per mitidos para la pesca comercial, etc.) lo que podría atentar en el mantenimiento del recurso a mediano y largo plazo. Justamente el manejo integrado y controlado del recurso pesquero es lo que debe llevar a evitar consecuencias no deseadas, ya que de mantenerse los actuales niveles de extracción en condiciones ambientales desfavorables, los resultados podrían ser muy graves, sostienen los investigadores.
Medidas de manejo
En ese sentido, desde el Instituto de Ictiología destacan que, en especial en los últimos años, se haya avanzado en medidas de manejo del recurso basadas en el conocimiento generado científicamente y de forma articulada entre los distintos actores involucrados en la explotación de la cuenca hídrica regional.
El Inicne en el área de las pesquerías trabaja en dos líneas: en el río Paraná y en el Macrosistema del Iberá. En el manejo del río Paraná desde 1994 en convenio con la Entidad Binacional Yacyretá se realizan relevamientos desde el pie de la represa hasta Puerto Abra, también conocido como el pesquero Rzepeski. “Evaluamos mensualmente el estado de las poblaciones existentes a través de muestreos sistemáticos, donde se valoran aspectos, reproductivos, sanitarios, alimenticios y taxonómicos”.
También a partir de Septiembre y hasta abril se muestreos con redes especiales para capturar larvas y huevos para saber que especies y en qué lugar del río se están reproduciendo.
Asimismo, mensualmente se realizan monitoreos en los sistemas de transferencias de peces de Yacyretá para determinar que especies están utilizando este sistema y es una manera indirecta de ver que especies están migrando y de esa manera también nos aseguramos de mantener el mismo acervo genético.
Además se trabaja en vinculación permanente con las direcciones de Recursos Naturales de Corrientes y Dirección de Fauna y Áreas Protegidas del Chaco desde hace casi una década.
Hace algunos años se hizo un relevamiento integral desde Formosa hasta Reconquista por el margen derecho del río Paraná y desde Corrientes Capital hasta Empedrado por el margen izquierdo del río. Los objetivos eran presentar, describir y analizar los resultados preliminares de las pesquerías estudiadas a partir de los datos tomados en el periodo de junio 2006 a agosto de 2007 en siete puertos o regiones de pesca. También caracterizar la estructura y evaluar la magnitud de las pesquerías comerciales y recreativas desde Reconquista a Formosa, y determinar la estructura de tallas de las especies más importantes.
Más recientemente, en 2010, se hizo un estudio de mallas o redes de pesca alternativas que usaban pescadores de Corrientes y Chaco, donde se detectó que había mallas no habilitadas por lo cual se hicieron recomendaciones técnicas para mejorar las redes utilizadas y hacerlas menos agresivas al recurso pesquero.
Actualmente, se lleva a cabo una investigación que tiene por objetivo implementar protocolos de monitoreo biológico para evaluar el estado sanitario de peces del río Paraná, mediante la caracterización macro y microscópicamente de lesiones halladas en peces de interés comercial, recreacional y ecológico del río Paraná.
“Existe un trabajo articulado entre los sectores involucrados en el manejo del río, y eso es alentador porque una cuenca pesquera requiere de un manejo sustentable e integrado” explicó Roux.
En especial destacó la modalidad de veda extendida, una herramienta del manejo del recurso pesquero que se está implementando en tramos compartidos del río Paraná por las provincias de Chaco y Corrientes. Se trata de una recomendación que surgió de un trabajo de especialistas del Inicne y otros investigadores nacionales.
Es que el conocimiento que servía de fundamento técnico para las vedas tradicionales de finales de año en el río Paraná databa de la década de 1980, cuando había a nivel mundial una tendencia de proteger a peces solo en los momentos de reproducción.
Con los escasos datos de la zona nordeste argentino, se sabía que los peces más importantes se reproducían en el periodo noviembre-diciembre, por lo que entre esos meses se establecía una prohibición pesquera de aproximadamente 50 días.
“En la actualidad con todos los antecedentes de nuestros trabajos científicos y de otros autores, existe un consenso en el cual se sostiene que no es necesario proteger la reproducción en especies de grandes peces migradores, ya que estos se reproducen en aguas corrientes y en coincidencia con las crecientes, entre agosto y marzo dentro de cada ciclo anual” explico Roux.
“A diferencia de la perspectiva tradicional, la veda es una herramienta para el manejo precautorio para regular la presión pesquera sobre la fauna íctica. Es decir que es adecuado implementar restricciones periódicas o a lo largo del año cuando los peces están vulnerables, como cuando hay gran sequía, condiciones ambientales adversas como fríos prolongados o veranos calurosos, grandes congregaciones de peces en sectores del río muy acotadas, etc.” explicó Roux.
Así, la vulnerabilidad de peces se manifiesta en forma periódica a lo largo de todo el año. Pero como no se puede predecir con exactitud el día o las fechas de esos fenómenos adversos, los especialistas concluyeron que lo más adecuado es redistribuir la cantidad de días de veda a lo largo de todo el año, para lograr en algún momento del año ser eficientes. Surgió de esa forma la veda extendida consistente en prohibir los días sábados y domingos la pesca comercial, ayudando a la vez a la dignidad de la actividad de tener días de descanso, mientras que para los pescadores deportivos se prohíbe pescar los martes y miércoles.
“Se pasó de 50 días de veda en noviembre y diciembre a un total de 96 días de veda extendida distribuida a lo largo del año” expresó Roux.
Pero reiteró que la veda es sólo una de tantas herramientas para cuidar el recurso. Si la gente respeta además las medidas mínimas permitidas para extraer, la cantidad de peces permitidos, no mata animales virginales, usa artes de pesca habilitadas, y no arroja residuos tóxicos al agua, sólo así puede ser efectivo el manejo sustentable del recurso íctico. “No podemos hoy utilizar sólo a la veda dejando de lado otras herramientas necesarias, la veda es más eficiente al interactuar en conjunto con otras medidas”.
Medidas pendientes
Los integrantes del Inicne resaltan la articulación lograda con los organismos de Recursos Naturales de Corrientes y Fauna y Áreas Protegidas del Chaco, así como con organismos nacionales, internacionales y de otras provincias. Pero también advierten la necesidad de mantener dicho vínculo atendiendo a que el manejo del recurso depende del monitoreo periódico de diversas variables tanto ambientales como origen antrópico.
En ese sentido, uno de los aspectos pendiente por armonizar está vinculado al manejo del valle aluvial, es decir la conexión del río con lagos, lagunas, arroyos, canales y otros cursos de aguas menores.
Roux explicó que desde el Instituto se trabaja para sugerir y proponer a las provincias la definición de áreas de reserva ligadas al valle aluvial.
“Los peces en esta zona del río necesitan que el valle aluvial mantenga su nivel de conectividad con el río, para garantizar que los mismo puedan alimentarse y protegerse durante el 1º y 2º año de vida y luego en etapa pre púber vuelven al río a finalizar su crecimiento” explicó el profesional de la UNNE.
Pero si se altera esta conexión río-valle aluvial se pierden áreas de cría y recría. Por la ganadería, forestación, cultivos y otras actividades en particular en la costa chaqueña y santafecina se están haciendo diques y terraplenes para evitar que el rio ingrese, y se corta así conexión con las lagunas.
Esas lagunas son muy importantes para sobrevivencias de peces que habitan el rio, y por eso desde el Inicne se alerta sobre la necesidad de proteger esas áreas y garantizar el valle aluvial.
También en la zona del Macrosistema Iberá está trabajando el Inicne, dentro del Programa Iberá+12 de la UNNE que concreta un estudio integral de ese ecosistema
Se pretende conocer la cantidad y diversidad de peces en el Iberá y la dinámica de actividad de estos peces. También los tipos de hábitat y las cadenas tróficas de los peces.
“Es un área estratégica y sensible en su protección, por eso se aspira a profundizar el conocimiento científico sobre la fauna íctica del Iberá” expresó Roux
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