dario escribió:
Hace como veinte años atrás (siglo XX jaja!) estaba de paseo con mi señora en esa exacta zona del río (los dos solos y pseudo meleros) cuando vi las truchas hermosas que había y obvio que quise sacar una o dos para comerlas. Lo único que tenía era una mojarrera y una lata de mejillones al escabeche (esos Robinson Crusoe) y la sacrifiqué para encarnar (cero deporte, cero ecología y cero economía) y saqué dos medianitas que de pedo no me enderezaron el anzuelo yo tirando escondido desde detrás de una piedra, casi cuerpo a tierra para que no me vean porque el alcance era de tres metros a lo sumo por lo corto de la tanza, hasta que mi señora se asomó y fin de la gran cagada.
Muy contento armé el calentador, las limpié, puse manteca en la sartén, pimienta negra y antes de prenderlo me fui a mear.
Cuando volví se las estaban llevando unos gatos, no los pude alcanzar y chau truchas, chau mejillones y a llorar al campito comiendo sanguchitos en el centro.
Desde entonces como gatos con mejillones para saber el gusto de las truchas.
che Dario!!!...lo que el agua trae...se lo comen los gatos!!!...jajajaja!!!...muy buena la anécdota!!.-Saludos